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Testimonios
& Críticas
Galina Ulanova, danseuse (étoile)
soviética corre el riesgo de palidecer por haber
aplaudido en Florencia (Occidente) los entrechats de Skouratoff,
danseur étoile ruso (blanco).
Roma, junio de 1951.
Galina Ulanova, princesa de las bailarinas
rusas actuales, va a verse privada de la existencia de ensueño
que le otorgaba el gobierno soviético porque, de
visita en Florencia en donde ella fué la atracción
indiscutible del Festival de la Danza, cometió el
error imperdonable de anteponer su arte sobre las consignas
políticas y aplaudir fervorosamente al bailarín
Wladimir Skouratoff, partenaire de Ivette Chauviré.
No es este último detalle el que
hace de Skouratoff una especie de “apestado”
ante los ojos del M.V.D. Su crimen es que él ha preferido
la libertad, aún si para disfrutar de ella ha debido
renunciar a ventajas materiales que, para los tiempos actuales,
son mucho menos que despreciables.
"...En verdad, si a su regreso a Moscú,
Ulanova se encuentra en dificultades con el M.V.D., el incidente
Skouratoff no será más que el pretexto."
"...quizás hubiera sido mejor
para ella que este viaje no se hiciera. Pues viendo bailar
a Skouratoff ella no se contentó con algunos aplausos.
Ella se dejó llevar por un verdadero entusiasmo.
Que al verlo, los otros miembros de la troupe soviética
siguieron el ejemplo. La Rusia roja otorgó una delirante
ovación a la Rusia blanca."
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